El Alzheimer es una enfermedad degenerativa producida por un deterioro de las neuronas cerebrales. Esta patología produce, como consecuencia, un deterioro de las funciones cognitivas, conductuales y físicas de la persona.

 

Como consecuencia del deterioramiento neuronal, la ejecución de movimientos, determinada por una conexión entre el cerebro y los músculos, se ve afectada. Se reduce la velocidad de los movimientos y, según va avanzando la Enfermedad de Alzheimer, la persona presenta dificultades para realizar movimientos coordinados o complejos, incluyendo movimientos muy automatizados como caminar. Además de ésto, otros aspectos deteriorados como la atención o la memoria, también influyen de forma indirecta en la capacidad de movimiento del enfermo.

 

Según avanza el Alzheimer, las personas que lo padecen van disminuyendo sus relaciones sociales y con su entorno, a causa de que éstos comienzan a notar sus síntomas. Un objetivo prioritario de la fisioterapia es mantener la independencia del enfermo durante el mayor tiempo posible. Para ello, el fisioterapeuta trabaja con un programa específico de ejercicios adaptados a las fases de evolución del Alzheimer, facilitando a los enfermos las herramientas necesarias para que sean capaces de aprender y memorizar estos ejercicios. Con los ejercicios de fisioterapia proporcionados, la persona conseguirá mantener en buen estado sus articulaciones y músculos.

 

Desde la fisioterapia también se trabaja con estas personas con el objetivo de mantener una deambulación estable y equilibrada, para prevenir que el paciente pueda sufrir caídas y lesionarse. Además, el mantenimiento de la deambulación es una herramienta fundamental para prevenir las patologías asociadas con la inmovilidad característica de la última etapa de la enfermedad de Alzheimer.

 

El fisioterapeuta trabaja conjuntamente con otros profesionales de la salud, formando un equipo multidisciplinar, encargado de la rehabilitación de estos enfermos e irá adaptando el grado de ayuda y estimulación según la fase en la que se encuentre la enfermedad. De esta forma, la fisioterapia ayuda a mantener una buena calidad de vida en el enfermo de Alzheimer durante el mayor tiempo posible, pero también ayuda a las familias para que esta independencia repercuta positivamente en los cuidadores principales y en su calidad de vida, evitando la sobrecarga del cuidador.

 

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