La natación es un deporte muy recomendado por los profesionales de la salud como método de rehabilitación o de mantenimiento de la salud, sobretodo en patologías como: cervicalgia, dorsalgia, artrosis o escoliosis. Este deporte se considera muy completo ya que se trabajan numerosos grupos musculares de forma simultánea, favorece la movilidad (al trabajar sin la influencia de la fuerza de la gravedad) y no requiere un contacto físico, de forma que las lesiones en natación no son tan frecuentes como en otros deportes y suelen revestir de una menor gravedad.

 

No obstante, los movimientos repetitivos que se realizan durante el ejercicio de natación, junto con una mala técnica, pueden suponer un factor de riesgo para la aparición de sobrecargas y lesiones musculoesqueléticas.

 

¿En qué consiste la Rodilla del bracista?

 

La rodilla del bracista se suele producir casi exclusivamente en aquellas personas que nadan al estilo braza. Consiste en una inflamación del ligamento lateral interno de la rodilla. En el estilo braza, se realiza un movimiento repetitivo de rotación externa y valgo de la rodilla lo que, en ocasiones, sumado a una técnica deficiente, conduce a la aparición de ésta lesión.

 

La rodilla del bracista se caracteriza por la aparición de dolor en la cara interna de la rodilla durante la fase propulsiva de la patada, ya que en ese movimiento se genera una gran tensión. La evolución de ésta patología puede progresar desde su aparición en edades más tempranas sólo durante la práctica de la patada de braza, hasta su aparición en cualquier actividad en casos más crónicos.

 

El dolor producido por esta patología tiene su origen en la técnica de patada usada por el deportista, principalmente con el grado de abducción de la cadera realizado durante el recobro i el inicio del empuje, ya que se encuentra directamente relacionado con el grado de estrés al que se someten las articulaciones mencionadas previamente.

 

¿Cómo se puede prevenir la Rodilla del bracista?

 

Para prevenir la rodilla del bracista las principales recomendaciones que se deben tener en cuenta son:

 

  • Perfecciona al máximo la técnica ya que, además de evitar lesiones, ayuda a que el nado sea más efectivo.
  • Realiza estiramientos antes y después del entrenamiento. Estira todos los segmentos corporales, incidiendo en la musculatura periarticular de la rodilla.
  • Fortalece la faja abdominal y lumbar, ya que ayuda evitar desequilibrios musculares y protege la columna lumbar.

 

Tratamiento de la Rodilla del bracista

 

Una vez aparece el dolor, el tratamiento de fisioterapia puede variar en función de su gravedad. En los casos en los que el dolor persiste durante un plazo prolongado de tiempo o incluso aparece durante las actividades de la vida diaria, se puede recomendar la suspensión temporal de la práctica deportiva. Las medidas que pueden adoptar en función de cada caso son:

 

  • Reposo relativo.
  • Crioterapia.
  • Termoterapia.
  • Fisioterapia acuática.
  • Aplicación de kinesiotape.
  • TENS.
  • Terapia manual, masoterapia.
  • Osteopatía.
  • Terapia miofascial.
  • Ultrasonidos.
  • Perfeccionamiento de la técnica de braza.
  • Estiramientos.
  • Programa de tonificación de la musculatura implicada en miembro inferior.
  • Programa de ejercicios de potenciación lumbar y abdominal.

 

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