La magnetoterapia cuenta con numerosos beneficios para el organismo. Entre ellos, destacan:

 

Efecto analgésico.

 

Como tratamiento, la magnetoterapia tiene un efecto analgésico comprobado, que permite actuar sobre el dolor que, además de dificultar el movimiento y el desarrollo de la fuerza, puede producir efectos psicológicos que pueden hacer que el paciente abandone por su cuenta, el tratamiento de fisioterapia impidiendo su completa recuperación.

 

Efecto vasodilatador.

 

La vasodilatación provocada por la magnetoterapia, favorece la nutrición de las células, disminuyendo la inflamación y reequilibrando la circulación de los tejidos en los que se aplica.

 

Esta vasodilatación favorece el aumento del nivel de oxígeno en los tejidos, un elemento imprescindible para la regeneración de las células que componen los tejidos.

 

Efecto antiinflamatorio.

 

El aumento de la circulación sanguínea y la facilitación de un flujo sanguíneo normalizado provoca un aumento del nivel de oxígeno y de las sustancias nutritivas necesarias para las células, permitiendo su reparación así como la obtención de energía. Esto ayuda a eliminar los elementos tóxicos con una mayor eficacia, disminuyendo la inflamación de forma gradual.

 

Efecto sobre el tejido óseo

 

Los campos electromagnéticos actúan sobre los osteoblastos, incitándolos a incrementar su producción de hueso. Éste incremento del tejido óseo, por acción del magnetismo, hacen que esta terapia sea imprescindible para el tratamiento del síndrome del dolor regional complejo (o distrofia simpático refleja), de la osteoporosis y de la seudoartrosis.

 

 

Relajación muscular.

 

La magnetoterapia es muy eficaz como relajante muscular, tanto en la musculatura de fibra lisa como la de fibra estriada. En un principio, este efecto relajante puede ser local pero conforme se continúa con el tratamiento, llega a generar un amplio efecto sobre el sistema nervioso central.

 

Regeneración tisular.

 

El aumento de la circulación sanguínea local facilita la regeneración del tejido dañado, gracias a la estimulación de la producción de colágeno.

 

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