El Síndrome de Sudeck o Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) es un trastorno neuropático caracterizado por la presencia de dolor crónico persistente. Aunque generalmente se produce en manos y pies, puede afectar a otras zonas corporales como el hombro o la rodilla. Este trastorno no se encuentra directamente relacionado con la severidad de la lesión subyacente (fracturas, inmovilización prolongada, ICTUS, etc.), o bien la respuesta neurológica a la lesión es desproporcionada.

 

Este trastorno suele ser más común en mujeres y la probabilidad de padecerlo aumenta con la edad. Actualmente se clasifica en dos tipos:

 

 

  • Tipo I: no se identifica una lesión nerviosa específica. Es más frecuente en personas jóvenes y suele ser causado por traumatismos menores.
  • Tipo II: se identifica una lesión nerviosa con síntomas asociados.

 

 

Signos y síntomas

 

 

  • Dolor de tipo quemante o urente.
  • Rigidez muscular y/o articular.
  • Alteraciones de la sensibilidad: alodinia térmica, hiperalgesia y diestesias.
  • Edema.
  • En fases iniciales se puede presentar eritema localizado.
  • En fases avanzadas se suelen presentar cambios en la coloración de la extremidad (palidez o cianosis) y una severa restricción de los arcos de movimiento articular correspondientes.

 

  • Atrofia muscular por desuso.
  • Atrofia  de la dermis y epidermis.
  • Contractura muscular.

 

 

Tratamiento de fisioterapia

 

En el caso de la fisioterapia, el tratamiento va encaminado a tratar todos los signos y síntomas físicos del Síndrome de Sudeck, con el objetivo de disminuir el edema, mejorar el rango articular y la funcionalidad de la extremidad afectada. También debemos tener en cuenta el abordaje basado en el conocimiento y la pedagogía del dolor crónico (Imaginería Motora Graduada, etc.) , ayudando a mejorar la percepción de la lesión.

 

No debemos olvidar que el Síndrome de Sudeck es un trastorno que produce dolor crónico que tiene tratamiento, pero del que todavía falta mucha investigación.

 

El tratamiento de fisioterapia se debe comenzar lo más pronto posible, ya que impide que el trastorno empeore y ayuda al paciente a llevar a cabo sus actividades de la vida diaria con la mayor normalidad posible.

 

Junto con el tratamiento de fisioterapia, es recomendable que el paciente acuda a un especialista en Psicología del Dolor, ya que puede ayudar a enseñar a la persona afectada las habilidades necesarias para convivir con el dolor crónico. De esta forma, se favorecen los cambios cognitivo-conductuales, se identifican creencias y conductas nocivas (como el miedo o la evitación) así como otra serie de factores que influyen en el trastorno que presenta el paciente.

 

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