Dentro del grupo de dolores nociceptivos, podemos distinguir tres tipos de dolor que se encuentran en estrecha relación con la fisioterapia, y que son los que se presentan con más frecuencia.

 

Dolor reflejo:

 

Es el dolor que se presenta en una parte determinada del organismo causado por una lesión, que deriva en un dolor que se produce en otra zona corporal. En cuanto a la intensidad, este dolor reflejo no es inferior al dolor original, sino que suele ser igual de importante y, en ocasiones, puede llegar a ser peor y más duradero en el tiempo (en este caso, es importante identificar la sintomatología del paciente con su lesión real). El dolor reflejo tiene su origen en una lesión primaria, que también ha producido dolor y en la cual el cuerpo ha adaptado una nueva postura o hábito, con el fin de disminuir el dolor primario y que acaba produciendo un dolor reflejo. Esto se puede dar, por ejemplo, cuando se produce una inflamación hepática en la cual el diafragma debe adaptarse a la nueva situación, produciendo un dolor reflejado en las vértebras dorsales y cervicales.

 

Dolor irradiado:

 

El dolor irradiado es aquel tipo de dolor que se produce como consecuencia de la irritación de un tronco o raíz nerviosa, la persona nota el dolor en la zona corporal de cuya sensibilidad se encarga este tronco o raíz, y no en el lugar en el que está siendo comprimida. El dolor irradiado se suele dar por ejemplo en el caso de la ciática, en la cual existe una compresión nerviosa a nivel lumbar y la persona presenta una sintomatología de dolor, adormecimiento o pérdida del tono muscular de la pierna y no en la zona donde se comprime el nervio.

 

Dolor referido:

 

El dolor referido es un dolor percibido a distancia de su origen pero, a diferencia del anterior, las vías nerviosas no se encuentran comprimidas ni lesionadas. En el caso del dolor referido, la lesión no se produce en las estructuras neurales. Las áreas por las que se extiende este dolor son aquellas que se encuentran inervadas por los nervios procedentes de la misma raíz que la zona lesionada. En este caso, la presión sobre un punto provoca dolor local, mientras que la presión sobre la zona de origen de la lesión provoca tanto dolor local como dolor referido. No obstante, cabe destacar que este tipo de dolor puede ser visceral (originado en los órganos) o somático (originado en la piel, músculos, articulaciones o huesos).

 

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